martes, 8 de diciembre de 2009

Un mundo

La copa cayó al suelo y se hizo añicos. El vino afrutado salto primero en pequeñas gotas y después se quedo entre los cristales. El suelo apenas sintió el golpe, se quedo impertérrito ante lo que pasaba sobre si. En un pequeño fragmento de la copa, se conservaba, como los restos de un fósil, unas marcas de carmín. En un pequeño fragmento de tiempo un mundo había sido destruido. Tan solo en un segundo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La vida breve

Pablito nació el 24 de octubre de 2009, a las 11,30. Una luz que le cegó, unos bultos borrosos en movimiento. Luego de nuevo la calidez. Una hora más tarde, 12,30, Pablito, solo Pablito, moría en la incubadora.

viernes, 9 de octubre de 2009

Sala de espera

Cuando la vi entrar, no me fije en ella, podría decir que tampoco la vi entrar, pero sí, vi su sombra por el rabillo del ojo, después clave mi mirada en sus zapatos, baratos y sin tacón, por lo que a partir de ese momento dejó de interesarme.
Al cabo de un tiempo en el que me había acabado de ojear todas las revistas de la sala de espera entro la enfermera. Ella llevaba los suecos típicos de las enfermeras, acompañados de un pantalón verde quirófano y una bata a juego abrochada a la espalda, el pelo recogido. Nos miró.
- El familiar que acompaña a Lorenzo Goméz, pase a la consulta 1.
La mujer de las manoletinas baratas dio un salto y salio de la sala. Yo reí para mis adentros "seguro que malas noticias".
Mientras esperaba, ahora sin nada que mirar, comencé a echar de menos a la mujer, o madre o quizás hermana de Lorenzo Goméz y sentí no haberme fijado en otra cosa que en sus zapatos.
A las ocho entro la enfermera de nuevo hecho una ojeada a la sala.
-¿Queda alguien? - dijo una voz desde fuera.
- No, ya no queda nadie. - dijo la enfermera y apago la luz.
En ese momento lo vi y supe que era el, Lorenzo Goméz, sentado tres sillas a la izquierda de la mía.
- ¿Llevas mucho tiempo esperando? - preguntó
Una eternidad le contesté. Y el comenzó a hablarme de la mujer de los zapatos baratos.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El camino

He vuelto sobre los pasos de ayer, mañana volveré sobre los pasos de hoy, y pasado mañana volveré sobre los pasos de mañana, y así recorreré el camino de mi casa a la tuya hasta que un día abras la puerta.

sábado, 8 de agosto de 2009

Desde ayer

Desde ayer no ha pasado nada. El tiempo no ha cambiado, sigue haciendo el calor de costumbre para esta época del año. Pepe sigue acostado, despidiendo ese horroroso olor a perros muertos. O quizás, sean los perros muertos los que huelen a Pepe. Hoy he usado un plato sucio para comer, por lo que no he aumentado el número de vajilla por lavar, aunque ya no queda ningún plato limpio. Y no se si es por la basura pero la cocina huele a Pepe, el comedor huele a Pepe, bueno, toda la casa huele a él. No sabría decir si esta más hinchado que ayer. Hoy me he levantado con ganas de hacer cosas pero ese olor me ha hecho tumbarme en el sofá.
Quizás baje mañana a la calle, se están acabando las latas de fabada de Eroski, a lo mejor, mañana Pepe huele un poco mejor. Hoy tenía tantas ganas de hacer cosas...
La regla me se ha retrasado una semana, parece que desde que no se levanta las cosas marchen cuesta arriba, sin embargo los días son iguales, tan iguales que parece que me haya metido en un bucle de espacio-tiempo, el mismo lugar, el mismo calor, el mismo olor, todo igual.
Mañana...

jueves, 28 de mayo de 2009

Esperanzas

Solo fue una vez, hace ahora algunos años, y cuando pienso que puede haber más ocasiones, me entran escalofríos.

martes, 31 de marzo de 2009

Papa

Me desperezo por la mañana, un alud de sueño me recorre todavía el cuerpo, insinuaciones adheridas a mi espalda, quiero irme, sigo pegado a las sabanas como si un gigante me sostuviera cogido de la cintura, abro la boca, tiro del cuerpo, otro día como ayer. En la pared hay colgado algo, no adivino que y sigo mi devenir en el mundo medio, penumbra, tengo que decirle que de hoy no pasa, para qué, marcharme de una vez, sentir el aleteo de las palomas en el alfeizar de la ventana y de hoy no pasa. Todavía tengo sueño, y el duermevela se prolonga, qué hay colgado en la pared, no me interesa, no lo veo, apenas lo aprecio, quizás me imagino lo que hay, quizás no. Me enredo en el sueño y alguien estira de la cucaña para arriba, doy un palo de ciego, dos, me giro, tres, me quedo quieto, huelo la trampa, cuatro. De hoy no pasa, tengo que decírselo, su piel esta enferma, sus manos huelen a ajos, es mi sueño, no quiero que entres, pero esta allí entre los garabatos de mi libreta, rancio y omnipresente, me toca, como un garabato más. –No se lo digas a nadie. A quién se lo puedo decir, quién me creería, la tarde olía a primavera, y de pronto entró y todo cambio, me desperezo esta mañana pero no logro quitar estas motas de sueño que me atrapan, átomos gigantes de no se que pesado metal. Es una foto, pequeña, de carné, sucia, atrapada con una chincheta en el yeso, atrapada con una chincheta en el yeso, atrapada... vuelvo a cerrar los ojos fuerte, y lo veo como en la foto, con la americana gris y la corbata de rajas finas rojas y verde botella, como si fuera un honrado padre de familia, como si no hubiese nunca puesto su mano en , de hoy no pasa, cinco, me desvío y golpeo algo con fuerza, no cruje, no es la cucaña, un ay, no me importa, preparo el siguiente golpe, seis, y nada. –No se lo digas a nadie. Y yo callo. Me iré, donde las palomas, al alfeizar de la ventana, y esperare. O puede que deje una nota escrita, lo prefiero, decirle lo que pienso y huir de su ira. Dios, cómo atrapa el sueño.

martes, 10 de febrero de 2009

José Luís y Marta

Todo marchaba según lo previsto, la ceremonia, los invitados, las flores, el banquete solo faltaban los novios. Marta y José Luis no aparecían. El cura se ponía nervioso, los invitados miraban el reloj, hasta las flores parecían mustiarse por segundos.
Los testigos sentados en la primera fila de asientos de la iglesia se miraban y cuchicheaban entre si. A Marta la he dejado esta mañana a las 9 en la peluquería para que le retocasen el tocado, decía Mercé, amiga y testigo de Marta. Yo he hablado con José Luís esta mañana y dijo que llegaría un poco antes para que Marta no se tuviese que esperar, dijo Ángel, amigo y testigo de José Luís.
A los tres cuartos de hora de espera, ya resultaba patente la deserción de los novios, el cura dijo a los invitados que no podía esperar más y que dentro de un cuarto de hora tenía otra boda, que hicieran el favor de desalojar la iglesia.
Ángel y Mercé ya habían desistido en sus llamadas a José Luís y Marta, llamadas que iban a parar a un frío buzón de voz.
Los invitados en un murmullo general comienzan a salir de la Iglesia, y ¿ahora qué?. En ese momento los teléfonos de Ángel y Mercé sonaron y pudieron leer en sus respectivas pantallas el nombre de Marta y José Luís.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Alimentación básica

La solución estaba tomada, ya no podíamos echarnos atrás. Él nos miro a todos y fue el primero en morder su brazo.

jueves, 29 de enero de 2009

Mikel

La vida no es lo que aparenta, siempre ha sido así. Conocí a Mikel a través de otro amigo, como muchas veces conocemos a gente nueva, no esperaba que Mikel se introdujera en mi vida de la manera que lo hizo. Fue una entrada a boca jarro, a los diez minutos me estaba pidiendo el teléfono y al día siguiente me estaba llamando para tomar una copa.
A pesar de todo, no se apenas nada de él, su trabajo se pierde en una maraña de vendedores y clientes que es difícil desenmarañar, su domicilio en alguna calle de la parte alta, ¿pareja?, Mikel dice que se llama Adela. Pero solo conozco a la tal Adela cuando la conversación juega en su contra, entonces un "Adela, me esta esperando que ya es muy tarde" acude automáticamente a su boca.
A pesar del tiempo transcurrido, ahora va a hacer 4 años, Mikel es un perfecto desconocido, un buscador insomne de vidas ajenas. A veces deseo que desaparezca con la fuerza que apareció en sus inicios y busco con ganas a un amigo que presentarle.